martes, 5 de mayo de 2015

No es otro Amor de verano




Mi historia tiene lugar en Pinamar. Mi mejor amiga, Luna, tenía una amiga en la capital que vendría todas las vacaciones a mis playas, Maia. Yo era un estúpido y me creía el más fachero. Pensé que cuando llegara la iba a conquistar, pero no fue así. Cuando Maia llegó, se enamoró perdidamente de un amigo mío. El viernes de la primer semana se pusieron de novios y me dolió muy adentro. Quería llorar. Casi ni la conocía, yo lloraba porque lo había preferido a él. Pero mi amigo era más estúpido que yo y siempre le decía que no quería salir ni besarse en público. Es más, Maia era virgen y se lo dijo a él. Quiso hacerlo por primera vez y le dijo que iban muy rápido.

Cuando pasaron tres semanas se pusieron de acuerdo para cortar. Ella estaba muy mal y la fui a consolar. Ella tenía algo que las otras chicas no; era independiente y graciosa. Además de muy linda, con pelo negro y ojos verdosos. Lo quise negar por un tiempo pero después no pude negarlo más; estaba enamorado. Se lo dije a Luna y ella se lo habrá contado a Maia porque una tarde, yo estaba en una parte aislada de la costa y vino y me besó. Ahí mismo nos oficializamos como pareja y pasamos mucho tiempo juntos. Algunas veces nos peleábamos, pero con un beso las cosas se arreglaban.

Era el último mes que se quedaba en Pinamar y decidí hacerle una propuesta. Matrimonio no, tenía diecisiete. Quise que lo hiciéramos. Pero ella no quería y no entendía por qué. Pero después me dijo que no quería que su primera vez fuera con alguien como yo. Casi me muero y la mato. Ahí mismo cortamos y dimos por terminada la relación. Luna me decía que Maia estaba muy mal y quería arreglar las cosas y yo siempre “si quiere hablar, que venga ella. No necesita una mensajera personal”, pero sufría por dentro. No me gustaba verla llorar ni ver que caminara triste por la playa. Para colmo, me la cruzaba constantemente.

Cuando volvió a Buenos Aires yo estaba devastado. No nos despedimos y eso me hizo muy mal. Cursé quinto año y después me fui a Brasil, porque quise tomarme un año sabático. Aprendí a surfear y después me volví a Pinamar. Yo quería seguir viajando, para olvidarme de Mía pero mis papás me obligaron a ir a la Universidad. Me decidí a hacer Fotografía y Abogacía. Necesitaba de las dos partes: una para liberarme y otra para ganar un poco de plata. Viajé a Buenos Aires porque estudiaría allí, entonces me la encontré.

Maia estaba comprando CD’S en la cuadra de enfrente. La vi salir del local y le grité. Ahí me vio y la tomé por sorpresa. Le sonreí y ella me sonrió a mí; después me invitó a tomar un café.

Su casa era linda, un loft. Lo compartía con una chica que iba con ella. Hablamos de todo un poco; estaba cursando el segundo año de Diseño de Indumentaria pero también hacía modelaje. Cómo no iba a modelar con ese cuerpo. Mientras hablamos, me preguntó si hubo chicas. Le dije que sí, pero ninguna duró. Le pregunté lo mismo y me dijo: “No, sólo vos. Ahora que te veo, me doy cuenta que no pudo ser más que con vos”. Yo le pregunté qué y ella sólo me besó. Nos besamos y fuimos a su cuarto y ahí pasó.

Me quedé a dormir a su casa esa vez. Parecíamos ángeles, hasta que su compañera nos despertó. Julia se llamaba. Era una diosa: pelo rubio, ojos marrones y labios carnosos. Ni hablar de su físico. Conectamos las miradas y me di cuenta que ella quería algo conmigo, y yo también con ella. Pero yo amaba lo que tenía con Maia, así que me volví a dormir.

Peleamos un par de veces, nos arreglamos, nos mudamos juntos y nos íbamos a casar, pero no. Porque no necesitamos un papel que diga que nos amamos eternamente para saber que es así. Creo que nunca nos vamos a casar y me parece bien. Ahora tenemos 22. Nunca me imaginé que iba a madurar tan rápido. Creo que abrí los ojos sólo porque ella me enseñó a abrirlos, a querer a alguien y a amar por siempre. Maia ya quiere hijos, pero yo todavía no. Igual, con lo fácil que me persuade, para el próximo año ya tenemos a su “Mateo”

Hola, acabo de descubrir su portal y me encantó. Es un gusto saber de que existen historias de amor tan lindas, pero, en todo el tiempo que estaba leyendo esas historias, estaba pensando en la mía. Sinceramente no sé cómo redactarla y es algo confusa, pero se la envío porque quisiera saber las opiniones de los demás, quisiera que me apoyen…




Todo comenzó un verano, cuando tuve que ir a un lugar a hacer como una preparación para la universidad. Fue un hermoso verano e hice varios amigos, y de todos ellos solo habia un chico que me llegó a interesar. Al principio, pensé que solo era un interés o un simple gusto. Cuando regresé, pensé que ahí dejaria todo, pero no fue así.




Por el resto del año, empezamos a hablar. Fueron unas largas conversaciones de simples cosas, pero nos quedábamos conversando por horas sin aburrirnos. Cada vez que conversaba con él me gustaba más y más, me resultaba extraño que por simples conversaciones me llegara a gustar tanto una persona.

Con el paso del tiempo, descubrí que iría a la misma universidad y que estudiaria la misma carrera. Toda esa idea era emocionante para mí, pero cuando llegó ese año de universidad y nos volvimos a encontrar fue hermoso hasta que me enteré que tenía enamorada. Al principio, no lo podia creer, hasta que aparecieron unas fotos de ellos juntos y cuando las vi, derramé unas lágrimas. Esto me sorprendió, pues nunca habia llorado por un chico, y fue en ese momento que descubrí que me habia enamorado de él.

Todo fue tan extraño, no sabía que hacer, quise alejarme de él pero no pude. Cuando comenzó el ciclo, las pocas veces que nos encontrabamos, nos quedabamos conversando sin importar que nos vieran los demás, sobre todo, sus amigos. Cada vez después de estar juntos, los amigos que hice en la universidad me preguntaban si habia algo entre nosotros, pues decían que había química. Todo esto me sorprendia, pero yo les decía que no y que dejen de molestar porque él tiene enamorada. Sabía que estaba mal que siguiera juntándome con él a pesar de lo que sentía, pero me era difícil alejarme de él, pues seguiamos conversando y a veces quedábamos para salir.

Ya me hice la idea de que solo podemos ser amigos y me propuse a olvidarlo y verlo como tal, pero todo esto se me hace difícil, pues siempre hace o dice algo que me es imposible cumplir lo propuesto.

Hace unos días, cuando salimos, él me dijo que era cerrada y seca, y que era raro que a pesar de ello le agrade pasar tiempo conmigo. Me explicó que siempre sus salidas eran lo mismo y que conmigo era distinto y que quizá por eso le agradaba.

Han pasado bastantes cosas, pequeños detalles que no menciono para no hacerla tan larga. Pienso que está mal que salga con él, y no sé qué es lo que realmente siente por mí. Esta historia no tiene un final, pues es por lo que estoy pasando, y no sé qué pensar o hacer.

Es es mi historia y sé que es un poco larga, pero quisiera que me den sus opiniones para saber qué hacer al respecto. No tengo un título para esta historia, quisiera que ustedes lo pongan umo ideal para esta historia. Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario